Nuevas tecnologías y jovenes

 

 

            Vivimos cada día con más comodidades, dispositivos tecnológicos ultra avanzados que nos hacen felices, fruto en parte del consumismo, en conclusión, ¿Las nuevas telecomunicaciones, también llamadas nuevas tecnologías, nos acercan? No siempre es así, a veces nos alejan.

 

¿Como influyen las telecomunicaciones en los jovenes?

 

            Se están perdiendo valores y capacidad de comunicación en las personas más jovenes, es cierto que tienen acceso a un volumen de información muy grande, lo cual se agradece a la hora de conocer todas las trampas de la vida y les da una formación psicológica importante. Pero en algunos aspectos se están perdiendo capacidades en las personas, sobre todo, el de la comunicación personal.

 

            Los casos de autismo son cada vez más grandes ya que los más jovenes se adentran en mundo como el de los videojuegos, y a veces no son capaces de distinguir la realidad de aquello que ven en sus televisores.

 

            Además el hecho de la telecomunicación a distancia entre personas, hace a las personas más pobres cuando deben desenvolverse ante personas reales de carne y hueso, y por lo tanto, fallan en las distancias cortas.

 

            Es cierto que las telecomunicaciones son un gran avance para la humanidad, y producen efectos psicológicos realmente buenos como el bienestar personal y mental  de acercar personas que en otros tiempos estarían totalmente incomunicadas, pero es un hecho evidente que los más jóvenes deben controlar este tipo de herramientas para que la situación no se les vaya de las manos y esto tenga una horrible repercusión en su futuro.

 

¿Que podemos hacer cuando observamos un caso asi?

 

            Cuando observamos un caso de abuso de las telecomunicaciones por parte de los jóvenes, lo primero que debemos hacer es mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos, ¿Estamos nosotros sanos en este aspecto?. El ejemplo es el mejor remedio contra este tipo de comportamientos.

 

            Además incitar a estas personas a la realización de actividades en grupo y al aire libre, enseñarlos a trabajar en equipo y hacer que colaboren con otras personas, no abusar de el tiempo de estancia en casa o animarle a realizar deportes de equipo pueden ser muy buenas soluciones a la hora de resolver este tipo de casos.

 

            Nuestro cuerpo y nuestra mente tienen tendencia a acomodarse cuando nos sentimos bien en ciertas situaciones, lo cual les hace vagos y a veces ciegos ante lo que es un evidencia que nosotros debemos de hacerles ver, detrás de las telecomunicaciones lo que se suele esconder es la soledad.

 

Enrique Jiménez. Visita la web del autor

Programas de prevencion en España (II)

La evaluación de la Estrategia Nacional sobre Drogas 2000-2008 puso de manifiesto la necesidad de reforzar tanto la prevención laboral y como la sanitaria, por lo que en la Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016 se han considerado prioritarias estos dos ámbitos preventivos. En efecto, en 2009 se ha observado un incremento significativo de actividades en coordinación con ambos sectores.

 

            En estos últimos años se han reforzado los programas formativos dirigidos a profesionales sanitarios (como en Aragón y en Asturias), los programas de detección precoz e intervención temprana en Atención Primaria y los programas de intervención breve en servicios de urgencia. El programa Consulta Joven es un claro ejemplo de este tipo de prevención, siendo además pionero en la elaboración y puesta en marcha de programas escolares en coordinación con el ámbito sanitario.

 

            En el ámbito laboral, las actuaciones se desarrollan a través de los servicios de salud laboral en coordinación con las organizaciones sindicales y empresariales y se centran en la sensibilización de los trabajadores sobre los riesgos y daños asociados al consumo y en la formación de profesionales. Además, en algunas Comunidades Autónomas hay disponibles servicios de asesoramiento para la puesta en marcha de programas, con información on line. Un buen ejemplo es la pagina web www.drogolan.net del País Vasco.

 

Según los Planes Autonómicos de Drogas, en 2009 participaron 37.352 menores en programas de prevención selectiva, y se han ido utilizando desde hace ya unos años cada vez más recursos a programas dirigidos a grupos vulnerables, especialmente a menores y familias con problemas jurídico-penales, jóvenes consumidores, los que abandonan el sistema escolar, inmigrantes y consumidores recreativos de drogas en espacios de ocio nocturno.  Estos programas suelen ser muy variados en cuanto a destinatarios, ámbitos, estrategias y tipo de intervención.

 

            Los programas selectivos de detección e intervención en el ámbito escolar se dirigen a los menores con fracaso escolar, especialmente desde la E.S.O. o los Programas de Garantía Social. El País Vasco es pionero en este tipo de prevención, poniendo en marcha en estos últimos años el programa MOTIBAN dirigido a la formación del profesorado en prevención selectiva y elaborando protocolos de detección precoz y derivación (este último tipo de intervención también se realiza en La Rioja). Madrid y Extremadura también llevan a cabo actuaciones preventivas selectivas: en Madrid se ofrecen servicios de prevención para adolescentes con fracaso escolar que carecen de supervisión familiar, mientras que en Extremadura se interviene en Institutos de Educación Secundaria de zonas con algo riesgo de exclusión social. 

 

                Por otra parte, desde algunos municipios (como en Valencia y Aragón) se impulsan intervenciones de educación de calle para menores en riesgo de exclusión social,  con el apoyo de los PAD o, directamente, a través de unidades de prevención comunitaria, como es el caso de Valencia o Aragón. Además, algunas Comunidades Autónomas (como Navarra y Valencia) trabajan también con programas para hijos de drogodependientes.

 

            Sin embargo, las intervenciones selectivas en espacios de ocio suelen ser más frecuentes, especialmente en el ocio nocturno y en fiestas y zonas de botellón, donde se interviene con programas comprehensivos que incluyen la formación del personal de hostelería, la educación de calle y la información sobre reducción de daños. En el País Vasco, Ceuta, Asturias, Baleares, Aragón y Galicia se han ido consolidando esta clase de programas. A este respecto, se pueden destacar dos programas: Creative (en Galicia), con más de 13.000 participantes en 2009; y En zona clave (en Asturias).

 

            Con respecto al trabajo dirigido a menores vulnerables hay que destacar los siguientes programas: Odisea, dirigido a alumnos de escuelas taller (Galicia y Castilla y León); y Alternativas (Galicia), dirigido a jóvenes con denuncias por tenencia o consumo de drogas. También destaca el trabajo con menores en centros de protección o reforma en Comunidades Autónomas, como Cataluña o Madrid.

 

            En prevención selectiva familiar hay que destacar lo siguientes programas: Protego, dirigido a familias con menores problemáticos; Alfil y Bitácora, para padres de hijos consumidores; y Limits, para familias con menores que pasan por el circuito de justicia juvenil. Además de estos programas estructurados, hay una amplia oferta de acciones de orientación y asesoramiento, talleres y mediación para familias con problemas relacionados con las drogas.

 

            Actualmente, se aplican unos 100 programas estructurados en España. Algunos de ellos se aplican en varias Comunidades Autónomas, como Prevenir para Vivir y Órdago, aunque la gran mayoría son programas locales que se aplican en una sola Comunidad Autónoma, como Forma joven o Salud Escuela, entre otros muchos.  Los programas llegan a los centros por diversas vías: desde los propios Planes Autonómicos, a través de los Planes Municipales de Drogas o a través de ONGs que los ofertan directamente a los colegios.

 

            Por otro lado, en estos últimos años se han ido extendiendo los programas escolares coordinados con centros de salud, como Forma Joven (Andalucía) o Salud-Escuela (Cataluña). En esta clase de programas son los profesionales sanitarios quienes asisten a los centros escolares para asesorar e informar a los escolares sobre temas de salud, especialmente drogas y sexualidad. En esta línea de trabajo, la DGPND elaboró hace unos años, en el marco del programa Argos, materiales para profesionales sanitarios y para profesores y alumnos de centros escolares con el objetivo de capacitar a los profesionales sanitarios de los centros de Atención Primaria para que colaboren en labores de prevención junto a los profesores en las escuelas.

 

Programa

Número de alumnos participantes

Comunidades Autónomas

Prevenir para vivir

505.834

10 CCAA

Forma joven

187.389

Andalucía

Ordago

136.949

8 CCAA

Salud Escuela

112.716

Catalunya

PPCDE

66.135

Galicia

Club buen deportista

50.500

Catalunya

Tabla 2: Programas escolares más extendidos en España y número de alumnos participantes en ellos (2008)

Mención aparte merece la importancia de la evaluación de los programas de prevención de las drogodependencias. En efecto, la línea a seguir en la implantación de estos programas debe partir de exigentes seguimientos y de las buenas prácticas preventivas demostradas y evaluadas. A pesar del moderno discurso según el cual los programas que se ponen en marcha en nuestro país han sido adecuadamente evaluados, es necesario advertir que, en mi opinión, se trata de un planteamiento no del todo cierto. Es cierto que se ha avanzado mucho y muy bien en la evaluación del proceso, pero no se puede decir lo mismo en cuanto a la eficacia, eficiencia y valoración coste-beneficio de los resultados. Aunque hay que reconocer que algunos programas se han aproximado bastante a una evaluación mínimamente de calidad (como es el caso del PPCDE) y que se requieren importantes recursos económicos y humanos para poder hacer de la evaluación de resultados una filosofía y una práctica asentada en nuestro país, todavía queda mucho camino por recorrer.

 

            Como hemos podido ver hasta ahora, muchos de los programas analizados buscan, sobre todo, disminuir el consumo de drogas en los/as escolares o, al menos, retrasar la edad de inicio del mismo. Sin embargo, pese a estos bienintencionados objetivos, existe un importante vacío en la comprobación y, especialmente, en el seguimiento de estas esperanzadoras metas. Ello exigiría poder ponerse en contacto con algunos/as de los destinatarios de estos programas para saber con exactitud, tras su finalización, si se han cumplido las expectativas que perseguía dicho programa. Sería fundamental, pues, poder comprobar grupos que han sido destinatarios de esta clase de programas con grupos que no lo han recibido, para saber si los resultados obtenidos han tenido que ver con la implantación del programa. Por otra parte, sería interesante estandarizar medidas para valorar los resultados obtenidos, de manera que la comunidad educativa y los recursos preventivos de drogodependencias pudieran tener la posibilidad de comparar diferentes programas y aproximarse, aún más, a programas integrales que abarquen aquellas prácticas que han demostrado su eficacia y su eficiencia. Esto no tiene porqué ser sinónimo de limitación en la estructura de los programas, sino más bien una oportunidad única para poder partir de actuaciones de calidad comprobadas. En nuestra importante labor preventiva no podemos ni debemos arriesgarnos a utilizar a la población destinataria como “conejillos de Indias”, ni a dejar que la improvisación sea un elemento más de la prevención.

 

En fin. que la crisis no sea motivo para retroceder en este costoso recorrido. Que la crisis ofrezca la posibilidad de poder enfrentarnos con antelación a las nuevas consecuencias que se derivarán de nuevos patrones de consumo y que requerirán nuevas medidas preventivas. Mucho me temo que no será así, de manera que todos quienes soñamos que un día podremos comenzar nuestra labor profesional en este complejo mundo de las drogodependencias y toda la sociedad en general debemos aunar todavía más esfuerzos para que la prevención sea una realidad consolidada que nos ayude a mirar con mayor optimismo un futuro prometedor con menos problemas derivados de esas sustancias que, muchas veces, nos atan de mano y pies a su voluntad. Y es que, como se dice por ahí, “más vale prevenir que curar”…

 

Vicente Andrés Montolío Izquierdo

 

Programas de prevención en España (I)

 

ALGUNOS APUNTES ACERCA DE LOS PROGRAMAS DE PREVENCIÓN DE LAS DROGODEPENDENCIAS EN ESPAÑA

 

 

Sin lugar a dudas, la prevención es una de las líneas prioritarias para los Planes Autonómicos de Drogas (PAD) y para la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPND), como así lo demuestra el hecho de que cada vez se han utilizado más recursos económicos desde principios de este siglo hasta 2009 para la prevención de las drogodependencias. Como podemos observar a continuación, el número de participantes en los distintos tipos de programas preventivos apenas sufre variaciones significativas, aunque disminuye ligeramente el número de escolares en programas estructurados y de menores vulnerables, a la vez que aumenta significativamente el número de familias participantes en programas y ligeramente el número de profesores formados.

 

Destinatarios

2008

2009

Nº de escolares en programas estructurados

1.602.821

1.394.755

Nº de escolares en actividades puntuales

400.000

435.499

Nº de profesores

30.180

68.043

Nº de familiares

152.822

172.923

Nº de menores en riesgo

41.489

37.352

Nº de participantes en programas de ocio alternativo

565.650

495.857

Tabla 2.1.: Número de participantes en programas de prevención en España, 2009

 

            Siguiendo la clasificación que el PND realiza sobre los tipos de prevención,  se puede agrupar los programas preventivos de drogodependencias de la siguiente manera:

 

Programas de prevención universal. Son aquellos que se dirigen a todo un grupo diana sin distinción (por ejemplo, si la prevención va dirigida a la población adolescente, los programas de prevención universal se dirigen a todos/as los/as adolescentes, beneficiándolos a todos por igual). Son perspectivas amplias, menos intensas y menos costosas que otras que se orientan a conseguir cambios de comportamiento duraderos. La mayoría de programas preventivos se orientan a la prevención universal. Estos, a su vez, se pueden dividir en:

- Programas de prevención escolar. En estos últimos años se han convertido en los programas con mayor relevancia en la prevención de las drogodependencias. Estos programas permiten llegar a una importante parte de la población escolarizada en la edad de máximo riesgo para el consumo de drogas. Esto ha llevado a que muchas intervenciones preventivas se realizan exclusivamente en la escuela, por lo que es donde hay más programas preventivos evaluados. En su gran mayoría, estos programas buscan conseguir que los/as jóvenes no consuman drogas o retrasen la edad de inicio.

- Programas de prevención familiar.  En los últimos años los programas dirigidos a las familias han incrementado su relevancia al conocerse cada vez más, por los factores de riesgo y protección, la importancia de las mismas en la etiología del consumo de drogas.

Lo que hacen estos programas es fomentar habilidades educativas y de comunicación en el seno familiar, incrementar el sentido de competencia de los padres y su capacidad para la resolución de problemas y concienciarlos de la importancia que tienen como agentes de salud para sus hijos.

  • Programas de prevención comunitaria. Estos programas pretenden prevenir el consumo de drogas en una comunidad concreta poniendo en marcha distintos recursos para lograr este fin. El objetivo que pretende es reforzar los mensajes y normas de la comunidad en contra del abuso de drogas y la preservación de la salud. Implica poner en marcha distintos recursos y medios comunitarios y, con ello, la participación y movilización de distintas instituciones, organizaciones, colectivos, grupos y personas de la comunidad.
  • Programas de prevención laboral. Tanto desde las administraciones como desde los sindicatos y asociaciones patronales, y especialmente desde muchas grandes empresas, se han puesto en marcha distintos programas para prevenir el consumo abusivo de drogas en el ámbito laboral. La mayor parte de estos programas se han centrado en las drogas de tipo legal, aunque sin dejar de lado las ilegales. Ello viene dado por la relevancia que tiene el consumo de alcohol, y sus consecuencias en la salud y en la accidentabilidad laboral, como en el tabaco, por la morbi-mortalidad que la misma produce.
  • Programas de prevención sanitaria. Estos programas abarcan a todos los profesionales  sanitarios, bien estén trabajando en atención primaria, en hospitales, en consultas especializadas, o en cualquier servicio sanitario. Se orienta este tipo de prevención a la educación para la salud. El objetivo es la detección precoz de los problemas relacionados con el consumo de drogas, para con ello poder intervenir bien sea a nivel preventivo o bien a nivel de realizar con dichas personas un tratamiento concreto.

- Programas de prevención selectiva. Son aquellos que se dirigen a un subgrupo de la población diana que tienen un riesgo mayor de ser consumidores que el promedio de las personas de esa edad. Se dirige, por tanto, a grupos de riesgo.

 

Los programas de prevención en España tienen un enfoque fundamentalmente escolar y persiguen prioritariamente reforzar las capacidades personales para enfrentarse a las situaciones críticas a las que los individuos se enfrentan con respecto al consumo de drogas. Por ello, la mayoría de intervenciones preventivas en la escuela se dirigen a los propios escolares, pero cada vez más se incluyen en las mismas a sus padres y a sus madres.

 

            Los programas estructurados aplicados en el aula con  un enfoque básico de habilidades para la vida son los más habituales en la prevención escolar. Se tratan de manuales  con procedimientos preestablecidos de más de cinco sesiones. Según los datos proporcionados por los PAD, aproximadamente 1.400.000 alumnos de 9.405 centros escolares han participado en aproximadamente 100 programas de este tipo en el año 2009. En el año 2000, por ejemplo, participaron en esta clase de programas 392.531 escolares, de manera que 9 años después han participado más del triple de escolares en esta clase de programas, aunque es cierto que en 2009 se sufrió un ligero descenso con respecto al año anterior (208.066 participantes menos), rompiendo la tendencia ascendente de la última década. Los principales problemas en la implementación de programas escolares preventivos, según los PAD, son la dificultad de implicar al profesorado y la amplia oferta de otro tipo de actividades y de instituciones que reciben los centros escolares. En el tercer apartado hablaremos más detalladamente de este tipo de programas.

 

En estos últimos años se han ido implementando cada vez más programas de prevención familiar, aunque la cobertura de este tipo de programa sigue siendo limitada en comparación con los programas escolares. En efecto, en 2009 participaron en este tipo de programas 172.923 padres y madres, siendo los talleres o escuelas de padres el tipo de intervención familiar más característica. Generalmente, en este tipo de recursos preventivos se trabajan competencias educativas en los padres para promover factores de protección en la familia. A continuación comprobaremos esa tendencia ascendente que se produce desde 2005 en la participación de padres y madres en este tipo de programas:

 

Año

Número de padres y madres participantes

2004

96.468

2005

72.543

2006

84.346

2007

139.119

2008

150.000

2009

172.923

Tabla 2.2.: Número de padres y madres participantes en programas de prevención (2004-2009)

 

            Además, se siguen realizando intervenciones puntuales como charlas y sesiones informativas.  No hay que olvidar tampoco las actividades encaminadas a capacitar a los padres y madres como mediadores preventivos e incluso como formadores de otros padres y madres llevadas a cabo por AMPAS, CEAPA y CONCAPA, con una tendencia a realizar programas concentrados y con menos sesiones, facilitando de esta manera una mayor asistencia por parte de los familiares. A pesar de que existe una gran cantidad de programas familiares que se aplican en centros educativos o comunitarios, en estos últimos años se han ido consolidando aquellos más estructurados, como Moneo, Valer o Zeus.

 

Los programas de ocio alternativo tienen una fuerte presencia en nuestro país. De hecho, todos los PAD desarrollan o financian actividades de ocio alternativo a adolescentes y jóvenes, fundamentalmente los fines de semana. En 2009  participaron 500.000 personas en este tipo de programas y la DGPND subvencionó 66 programas a corporaciones locales para que desarrollaran programas de este tipo. Este tipo de actividades suelen ser de corta duración, en fines de semana o vacaciones, aunque existen programas que tienen una mayor intensidad y continuidad, como Alcazul (Castilla-La Mancha), con más de 1.300 participantes, o Búrlalas (Murcia), programa de ocio alternativo apoyado en una campaña de prevención.

 

            Junto a estos programas podemos encontrar iniciativas dirigidas al ocio nocturno (básicamente en zonas de botellón o durante fiestas patronales), en los que se ofrece información sobre drogas, pruebas de alcoholemia, transporte alternativo y análisis de sustancias. Este tipo de actividades suelen ser realizadas por ONGs del sector, como Cruz Roja (con su programa Som-nit), Energy Control o Controla Club. Además, en el espacio de ocio nocturno se desarrollan cada vez más acciones en colaboración con el sector de hostelería, como pueden ser los programas de formación para la dispensación responsable de bebidas alcohólicas por parte del sector hostelero y la reducción de daños relacionados con las drogas.

 

            El profesorado de autoescuelas es otro de los colectivos con los que en estos últimos años se ha empezado a trabajar, pues cada vez solicitan más apoyo a los Planes Autonómicos y Locales sobre Drogas par a aplicar programas de prevención basados en el binomio drogas-conducción y que amplían los contenidos incluidos por la Dirección General de Tráfico. Además, en los últimos años se ha trabajado con la población universitaria con programas orientados a la sensibilización y la reducción de riesgos asociados al consumo.

 

Vicente Andrés Montolío Izquierdo