Dentro de la prevención de las conductas de riesgo y para favorecer el desarrollo personal uno de los ámbitos en los que debemos de prestar especial atención es el del maltrato y el abuso hacia los niños y jóvenes, en cualquiera de sus formas. Por ello os proponemos desde Nova Prevenció este revelador texto del psicólogo Javier Vilches, no os lo perdais:
(Entrevista realizada en el “X” FORO DE LA INFANCIA – “HACIA UNA VISIÓN HISTÓRICO-COMPRENSIVA DEL MALTRATO”)
¿Con que recursos contamos para dar respuesta a las situaciones de malos tratos que se pueden dar hacia los niños y niñas en el seno de una familia Javier?
Voy a intentar contestarte a través del ejemplo de una situación familiar, para poder comprender brevemente el funcionamiento y la coordinación de los diferentes servicios de atención al menor en las situaciones de maltrato.
Imaginemos una familia compuesta por una madre, un padre y un chico de unos 8 años aprox. El padre es consumidor habitual de cocaína, y durante los fines de semana suele discutir con su mujer a raíz del consumo, llegando a ejercer maltrato físico sobre ella en alguna ocasión. En uno de estos episodios, la vecina alarmada por la situación, llama al teléfono de atención al menor, que a su vez se coordina con el SPM. El SPM estudia y valora el caso , determinando los factores de riesgo y protección existentes y decide que el caso es de riesgo , pero no toma ninguna medida d vi y como Breve descripción del SPM, los SSCC y los ETF.
Explicar brevemente el circuito de derivación a los equipos de tratamiento familiar.
Los ETF o lo que en su día se llamo “Programa de Intervención con familias desfavorecidas y en situación de riesgo social” surgen con el objetivo de fomentar las medidas de prevención y para trabajar en las actuaciones dirigidas a evitar la separación familiar del menor.
Diferenciar el trabajo que se hace con las familias de riesgo moderado y grave, ya que con las familias de riesgo moderado se interviene con el menor en el medio, mientras en las familias de riesgo grave el menor es retirado trabajándose solo con la familia.
¿Mientras los niños permanecen en una medida de protección, existe algún equipo o dispositivo que se ocupe de la reparación del trauma/daño del menor?
Existen diversos recursos, psicólogos de los centros residenciales, de los programas de acogimiento, programas como ADIMA, para la evaluación y tratamiento del abuso sexual, USMI de salud mental,etc.
Pero estos recursos muchas veces son escasos, a pesar de la importantísima labor que realizan, ya que no solo trabajan para la reparación del trauma del menor, sino que también están realizando una función de prevención con estos niños y niñas que podrán llegar a comprender e integrar que ningún niño o niña se merece sufrir situaciones de malos tratos en su familia, pudiendo más tarde convertirse en padres y madres bien tratantes.
¿ Cuales son las principales dificultades que nos podemos encontrar para trabajar con estas familias?
Son varias las dificultades que nos vamos a encontrar en un principio, una de ellas tiene que ver con nuestra persona y las emociones que nos va a suscitar este tipo de situaciones.
¿Qué emociones nos suscitan este tipo de situaciones y como nos hace colocarnos?
Algunos profesionales van a reaccionar muy negativamente ante los padres de estos niños que han sido maltratados o abusados.
Fomentando la idea de víctimas y victimarios, de buenos y malos, pudiendo fomentar con esta posición que van a tomar la amplificación de las incompetencias parentales, diabolizando, demonizando a estas familias.
En otros casos los profesionales pueden simpatizar con los padres, minimizando los factores de riesgo y la situación de maltrato, considerando la situación como algo no tan importante como para señalarlo y trabajar sobre ella. A veces nos encontramos con disparidad de criterios sobre la valoración de un mismo caso.
Se puede dar también una actitud culpabilizante hacia niños, minimizando el daño recibido.(en adolescentes principalmente) Algunos profesionales olvidan que muchos niños viven años en situaciones de malos tratos antes de que sean detectados y se les intente ayudar. En esos contextos, ellos no tienen otra alternativa que sobrevivir adaptándose al abuso de poder y a la violencia. Cuando no reciben una ayuda precoz y eficaz, pueden desarrollar estrategias de «autodefensa» como agredir a los demás o agredirse, o presentar comportamientos disruptivos, dificultades de aprendizaje, precocidad o promiscuidad sexual, etc.,
Otra de las dificultades que nos vamos a encontrar tiene que ver con las expectativas.
Me quiero referir a las expectativas elevadas de cambio, confiriéndonos a nosotros mismos los profesionales (sobre todo a los más jóvenes ), una alta capacidad para poder lograr que la familia cambie totalmente y alcance un funcionamiento normalizado y sano en todas sus aéreas. Cuando no conseguimos todos estos cambios que confiábamos lograr, comenzamos a pensar que la familia no se ha esforzado lo suficiente, que este tipo de familias nunca podrán lograr cambiar las cosas, porque realmente no lo desean. Cambiando nuestra óptica inicial, de una alta percepción de nuestras capacidades para lograr cambios, a una culpabilización de la familia por no haber logrado los objetivos propuestos. Provocando a su vez una agresividad en la familia que percibe nuestra actitud culpabilizadora. Esta culpabilización dificulta crear un espacio para reflexión crítica de nuestra actuación. Pudiéndose producir lo en muchas situaciones lo que he denominado efecto péndulo.
(Continuará en una segunda parte). Más información: Ir a la web de Psicologo: Javier Vilches.